Amo la música de Ludovico Einaudi desde la primera nota que escuche.
Supe -a través de Greenpeace- de esta interpretación en favor del Ártico.
Adoro los icebergs. Tan calmados, tan majestuosos, tan en su sitio; impertérritos al paso del tiempo. Aprendi de ellos de lo importante que es saber estar en tu lugar y solo mostrar un ápice -lo justo para que te dejen en paz- de lo que tienes por dentro ante miradas indiscretas. Saber reservar, cuidar con prudencia y discreción toda tu intimidad y tu mundo interior.
Hoy quiero compartir contigo a Ludovico entre icebergs. Cuidemos el planeta, salvemos al Ártico; hay cosas que no deberían cambiar nunca.