Te podría decir esto y dejarlo aquí. De veras, no hay nada más importante que lo más importante. Ahora bien, lo importante es tener claro; qué es lo más importante para TI.

¿Lo tienes claro? ¿Si? Enhorabuena, porque la mayoría de las personas creen que lo saben, pero no es así. A veces, nos ponemos a dar vueltas como pollos sin cabeza persiguiendo un objetivo y nos ponemos a hacer mil cursos, mil cosas supuestamente relevantes, trascendentales y llenas de sentido.

Y mi pregunta es ¿tienes tu objetivo claro? ¿ Para qué haces lo que haces cada día o cada semana? ¿ Ejecutas rutinas por inercia -en piloto automático-  o estás de verdad enfocado en aquello que deseas lograr? Y cuidado, que cuando me refiero a tu objetivo no tiene que ser nada del otro mundo o si, depende de lo que quieras hacer con tu vida, de como desees disfrutar de tu tiempo limitado. Dime, ¿ tienes claro a dónde te diriges?

A las maestras nos encantan los cuentos, las historias  -nos viene de serie-  ya de niñas nos gustaban y de mayores comprendimos que la vida es una historia más. Así ha sido desde siempre y así sigue; continuamos buscando más relatos en distintos formato: papel, kindle, podcasts, pelis, HBO o Netfilx.

En fin, te dejo con una historia que siempre me viene a la mente, cuando trato de enfocarme en lo que es para mi  “lo mas importante”:

Erase una vez un rico empresario que se fue de vacaciones a una pequeña isla perdida. Cuando llegó al puerto encontró una barca con un pescador que tenía un cubo de buen tamaño lleno de pescado fresco. El empresario le compró el pescado y acto seguido empezó a preguntarle al hombre sobre cómo hacía su oficio. El pescador le explicó que pescar todo aquello solo le llevaba tres horas en la mañana y que con ello tenia suficiente para vender y llevar comida a casa.

El empresario se extrañaba de que el hombre no aprovechara las tardes para sacar el doble de pescado.  A lo que el pescador contestó que con eso tenía suficiente para satisfacer sus necesidades y la de su familia, y que por las tardes prefería hacer otras cosas: echarse la siesta, pasear con su mujer, jugar con sus hijos y aprovechar la caída del sol para ir a tomar algo con los amigos.

El empresario le dijo: “mira soy un hombre de negocios muy importante en mi ciudad y voy a darte un consejo financiero: «sí aprovechas las tardes para pescar doblarás tus ventas y tus ingreso. Con el tiempo ahorra dinero, compra un barco más grande y busca ayudantes para que tu productividad aumente. A la larga obtendrás muchos más ingresos, podrás montar una gran empresa y al final del todo, la vendes por un buen pellizco”. El pescador le preguntó que cuánto tiempo le llevaría todo el proceso. El empresario le contestó que unos cuantos años.

“¿Y después qué haré con todo eso?”, volvió a preguntar el pescador. El empresario le contestó sonriente: “ ah! amigo mío! después vendes el negocio, y con las ganancias te retiras a una isla a disfrutar de la vida, a descansar con tu mujer, a disfrutar de  tus hijos y tus amigos libre de preocupaciones!”. A lo que el pescador respondió: “ ah, amigo mío… y ¿no es eso lo que tengo ya?”.

Toma tiempo, párate y define bien tus objetivos de vida de manera sencilla. Enfócate; ten claro hacia donde te diriges cada día y sigue tu instinto. Y por favor, ten siempre siempre muy claro, aquello que es para ti – no para los demás- lo más importante.

¿Como te ves en tu vida? ¿ de pescador o  de empresario “astuto”? 

MdC